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Ej 3.1 Sigmund Freud

Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg, Moravia el seno de una familia judía. Fue el mayor de seis hermanos (cinco niñas y un niño). En 1860, cuando contaba con tres años de edad, su familia se trasladó a Viena.

A pesar de que su familia atravesó grandes dificultades económicas, sus padres se esforzaron para que obtuviera una buena educación y en 1873, cuando contaba con 17 años, Freud ingresó en la Universidad de Viena como estudiante de medicina . En 1877, abrevió su nombre de Sigismund Schlomo Freud a Sigmund Freud. En 1880 conoció al que sería su colaborador Joseph Breuer.

En 1881 se graduó como doctor en medicina. Como investigador médico, Freud fue un pionero al proponer el uso terapéutico de la cocaína como estimulante y analgésico. En base a las experimentaciones, logró demostrar las propiedades de la cocaína como anestésico local. Aplicando los resultados de Freud, pero sin citarlo, Carl Koller utilizó con gran éxito la cocaína en cirugía e intervenciones oftalmológicas publicando al respecto y obteniendo por ello un gran reconocimiento científico.

En 1886, Freud abrió una clínica privada especializada en desórdenes nerviosos (histéria y neurósis). Freud notó que podía aliviar sus síntomas animándolas a que verbalizaran sin censura cualquier ocurrencia que pasara por su mente.

En 1899 se publicó su obra más importante e influyente, La Interpretación de los Sueños, inaugurando una nueva disciplina y modo de entender al hombre, el psicoanálisis. Tras algunos años de aislamiento, comenzó a formarse un grupo de adeptos en torno a él, el germen del futuro movimiento psicoanalítico. Sus ideas empezaron a interesar cada vez más al gran público y se fueron divulgando pese a la gran resistencia que suscitaban.

En 1923 le fue diagnosticado un cáncer de paladar, por el cual fue operado hasta 33 veces. Su enfermedad, le obligó a usar una serie de incómodas prótesis de paladar que le dificultaron grandemente la capacidad del habla.[12] A pesar de las horribles consecuencias que le acarreó la adición a los puros, nunca dejó de fumar. Aún así, Freud continuó su trabajo como psicoanalista e, incansablemente, no dejó de publicar libros como representante principal del psicoanálisis.

Freud transcurrió toda su vida, excepto sus tres primeros años, en Viena. Sin embargo, en 1938, tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi, Freud, fue considerado enemigo del Tercer Reich. Sus libros fueron quemados públicamente y tanto él como su familia sufrieron un intenso acoso. Reacio, se vió obligado a escapar de la ciudad al quedar claro que el peligro que corría su vida era inminente. Gracias a la intervención in extremis de Marie Bonaparte y Ernest Jones consiguió refugiarse en Londres, Inglaterra. Al cruzar la frontera alemana se le exigió que firmara una declaración donde se aseguraba que había sido tratado con respeto por el régimen nazi. Freud consintió en firmarla pero añadió el siguiente comentario sarcástico: Recomiendo calurosamente la Gestapo a cualquiera.

En 1939, murió después de serle suministradas tres inyecciones de morfina.

A pesar de los implacables y a menudo apremiantes desafíos, Freud se convirtió y sigue siendo una de las figuras más influyentes del pensamiento contemporáneo.

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